¿En qué consiste esta propuesta?
El uso de automóviles en una ciudad ha generado diversos impactos negativos, como los altos niveles de congestión vehicular que conllevan a un deterioro en la calidad del aire y afectaciones a la salud, emisiones de carbono por el consumo energético, tiempo perdido en el tráfico, entre otros. Sin embargo, en países en desarrollo, los planes de expansión urbana siempre han fomentado la dependencia en el uso del automóvil, lo cual agrava esta situación ya que su demanda continuará incrementando con el crecimiento de la población. Por otro lado, esto a su vez incrementa las desigualdades sociales, considerando que no toda la población tiene la posibilidad de optar por este medio de transporte, normalmente el de mayor costo en el transporte terrestre urbano (Moreno et al., 2021).
Ante esta problemática, algunas ciudades han optado por tratar de incentivar el uso de los servicios de transporte público masivo: Expandiendo el servicio ofrecido, brindando opciones de tarifas mensuales con viajes ilimitados, otorgando vías exclusivas para que la velocidad media de los vehículos trate de compararse con la ofrecida por los medios particulares, entre otros. Sin embargo, prevalece el factor de la lejanía al destino que los usuarios del transporte requieren diariamente, así como la conectividad y accesibilidad a través de los medios de transporte que existen. Muchas personas recorren grandes distancias para poder dirigirse y retornar de sus centros laborales, los estudiantes universitarios recorren muchos kilómetros ya que han optado por centros de estudio ubicados lejos de sus lugares de residencia actual, entre otros casos (Moreno et al., 2021).
Considerando lo explicado anteriormente, surge un concepto relativamente moderno en la planificación urbana, el cual consiste en que debería existir una proximidad a los distintos destinos que un usuario requiera, que no debería superar los 15 minutos de distancia, ya sea peatonal o con bicicleta. Este concepto es conocido como las “ciudades de 15 minutos” o “15-Minute City” (Pozoukidou & Chatziyiannaki, 2021).
Si bien su concepción podría no suponerse posible en un primer momento, esta propuesta reduciría en gran medida todas las problemáticas que ha generado la dependencia de los automóviles, lo cual mejoraría la sostenibilidad de una ciudad. Para ello, por un lado, ameritaría un nuevo enfoque a la infraestructura que presente (como la creación de ciclovías o el servicio de alquiler de bicicletas).
Por otro lado, si bien no es factible una propuesta que mejore la cercanía del usuario con el destino que requiere o viceversa, las alternativas de trabajo remoto o clases en línea resultarían útiles para lograr este objetivo. La pandemia del COVID-19 ha permitido que distintas instituciones deban experimentar con estas soluciones, trayendo consigo múltiples lecciones aprendidas que podrían reforzarse para una implementación idónea.
Además, es necesario estudiar la existencia próxima de servicios básicos, los cuales deberían encontrarse estratégica e igualitariamente distribuidos en toda la ciudad, lo cual sería opuesto a muchas en donde estos se concentran en zonas específicas, distanciadas de las zonas netamente residenciales donde su presencia es escasa.
Por otro lado, al considerar una distancia transitable, es importante considerar vías de acceso según las distintas características de la población (personas con discapacidad o adultos mayores con velocidades de tránsito menores al resto de población), para evitar cualquier desigualdad social. Además, será importante entender el comportamiento de la población ya que, según el rango etario, los intereses de servicios básicos no serán los mismos.
En conclusión, este nuevo enfoque de planificar ciudades modernas con una proximidad de 15 minutos a los múltiples destinos que pueden existir supone gran desafío por afrontar (en cierta medida cercano al concepto de Ciudades Inteligentes), pero a su vez traería múltiples ventajas por la mejora en las condiciones del medio ambiente, al minimizar el uso de automóviles; en la economía, al reducirse los costos del transporte; y en la sociedad, al incentivar la salud e interacción humana.
Autor: Ing. Marck Regalado Espinoza
Fecha: 15/03/2022
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Hola más información Prueba